Les deseamos, a todos nuestros amigos, una celebración especial en familia y con sus seres queridos…


Hoy martes 17 de septiembre, miembros de Rotary Club de Olmué se reunieron para celebrar con entusiasmo las Fiestas Patrias 2024, en un ambiente de compañerismo y patriotismo. El evento, que tuvo lugar en la sede del club, reunió a socios y familiares en una jornada llena de actividades tradicionales chilenas, música folclórica y exquisita gastronomía típica.
El presidente del club, Gonzalo Fontanés Eguiguren, destacó la importancia de esta festividad no solo como una ocasión para rendir homenaje a la patria, sino también para fortalecer los lazos de compañerismo entre los socios y su comunidad. Además, aprovechó la oportunidad para recordar los proyectos en los que Rotary Club Olmué está trabajando, incluyendo acciones en beneficio de la comuna olmueina y próximas actividades en colaboración con otros clubes de la provincia.
El evento fue un reflejo del espíritu rotario de servicio y unidad, que se vive en cada una de las actividades del club. Las Fiestas Patrias 2024 no solo fueron una celebración de las tradiciones chilenas, sino también una reafirmación del compromiso de los socios de Rotary Olmué con su comunidad.
Esta jornada festiva culminó con una emotiva ceremonia donde se rindió homenaje a los héroes de la independencia de Chile, destacando la conexión de Rotary con los valores de libertad, paz y solidaridad.



Programa del viernes 06 de septiembre 2024
Viernes, 6 de septiembre 2024, continuamos nuestro ciclo de programas, emitido de forma quincenal, los días viernes en el programa «Mirando al futuro» de Erwin Arellano Carvajal. Charlamos varios temas, entre ellos:

Invitamos a leer la edición de este mes, SEPTIEMBRE.
Quedamos atentos a cualquier sugerencia que nos brinden, nuestro email: contacto@rotaryolmue.blog
VER MAS REVISTAS: https://rotaryolmue.blog/revista/
La magia de Rotary es la pertenencia, y este es un sentimiento que puede aparecer cuando menos lo esperas.
A principios de año visité Eslovaquia como representante del presidente durante un viaje de seis semanas por Europa. Cuando escribí a Katarina Cechova, entonces gobernadora del Distrito 2240, le conté que mi abuela Veronica Zilka creció en un pequeño pueblo de la zona antes de establecerse en Estados Unidos.
Cechova no tardó en localizar el pueblo de mi abuela, Jakubova Vol’a. Ella incluso me organizó una visita, en la que recibí una inolvidable bienvenida eslovaca.
Cuando llegué al centro comunitario de Jakubova Vol’a, me recibió una pequeña multitud vestida con ropa tradicional eslovaca. Cuando comenzaron a cantar, sus bellas y potentes voces centroeuropeas me hicieron recordar a mi abuela.
En muchos casos, cuando las familias se reúnen, juegan a las cartas o a otros juegos. Cuando yo era pequeña, mi padre tocaba el acordeón y toda la familia cantaba. Mi abuela tenía una voz impresionante.
Cuando entré en el centro comunitario y oí la música tradicional de mi infancia y cuando vi a una mujer tocar el acordeón como lo tocaba mi padre, me sentí de repente como una niña pequeña sentada en casa de mi abuela en Monessen, Pensilvania. Los recuerdos me hicieron saltar las lágrimas.
Pero la magia no acabó ahí. La gobernadora Cechova se superó a sí misma. Un genealogista local trabajó con un videógrafo para hacer un cortometraje sobre mi abuela. Lo vimos todos juntos en el centro comunitario.
Cuando terminó, me di la vuelta y vi a un hombre de pie al fondo de la sala. Pronto supe que aquel desconocido, Frantisek Zilka, era en realidad mi primo segundo. Su abuela y la mía eran hermanas. Sentí como si me hubiera caído un rayo.
Visité la casa de mi recién descubierto primo, que resultó ser la casa donde nació mi abuela. Allí me enseñó viejas fotografías que nunca había visto de mi padre, mi tío y mi abuela.
Desde entonces, no puedo dejar de pensar en mi familia de Rotary. Cuando me refiero a ustedes como a «mi familia», no lo hago solo para ser amable. Realmente considero a todos en Rotary como mi familia. Pero nunca habría imaginado que mi familia de Rotary me daría a conocer a familiares personales cuya existencia no conocía.
Sentada en aquel centro comunitario, escuchando la música tradicional eslovaca de mi infancia, sentí una gran alegría y un profundo sentimiento de pertenencia. Estoy muy agradecida a la Gobernadora Cechova y a todos los que contribuyeron a hacer realidad esa experiencia mágica.
Como socios de Rotary, disponemos de una oportunidad única de compartir la misma magia entre nosotros y con el mundo. Les insto a pensar en cómo podrían contribuir a difundir esa magia y asegurarse de que otros socios de sus clubes, es decir, otros miembros de nuestra familia de Rotary, sientan que realmente pertenecen a ella.