Agua Potable para aldeas de Ghana

 Los rotarios Craig Sorensen y Marty Hatala junto a residentes de la aldea de Adevukope y los recipientes con el primer suministro de agua pura que llega a la comunidad.  Fotografía de: Cortesía de Craig Sorensen

Los rotarios Craig Sorensen y Marty Hatala junto a residentes de la aldea de Adevukope y los recipientes con el primer suministro de agua pura que llega a la comunidad.
Fotografía de: Cortesía de Craig Sorensen

Cuando en 2010 Marty Hatala, socio del Club Rotario de Boaz, Alabama, visitó Ghana por primera vez para servir como voluntario en un orfanato, comprobó de primera mano los problemas que las comunidades locales tenían para acceder a agua potable.

Si bien al menos 80% de los habitantes del país cuentan con fuentes fiables de agua potable, el UNICEF reporta que 5 millones de ghaneses solo tienen acceso a fuentes de agua insalubre. Esta situación expone a un porcentaje significativo de habitantes a múltiples enfermedades, ya que se estima que, en todo el mundo, una de cada cinco muertes de niños menores de cinco años se debe a enfermedades causadas por la carencia de acceso al agua potable.

Las experiencias vividas por Hatala en Ghana desembocaron en varios proyectos conjuntos emprendidos por el Club Rotario de Boaz y el Club Rotario de Alabaster-Pelham, también de Alabama. En sus dos primeros proyectos, los rotarios instalaron dos pozos en Aflao, aldea de la región del Volta. Más adelante unieron fuerzas con otros dos clubes de Alabama para no solo llevar agua potable, sino para reducir considerablemente el tiempo y esfuerzo necesario para acceder a este recurso vital. Según las estadísticas de las Naciones Unidas, cada año se dedican 40.000 millones de horas a la obtención de agua, labor que recae fundamentalmente en las mujeres y niños.

«Dependiendo del momento en que se produjo la última lluvia de importancia, los habitantes de esta región tenían que caminar de 3 a 11 kilómetros para llegar al agua», comenta Hatala. «Los pozos no son solo fuente de vida, sino que ahorran un sinnúmero de horas a las mujeres y los niños».

Gracias a la sugerencia del líder comunitario Emmanuel Fiagbedzi, los rotarios dirigieron sus pasos a Afife, región que contaba con algo de lo que Aflao carecía, un manantial que podría ser aprovechado mediante un sistema de distribución. Los rotarios instalaron fuentes en nueve aldeas y en otros lugares sugeridos por los miembros de las comunidades beneficiarias como un mercado, una escuela, un albergue y una granja avícola.

Seguir leyendo